miércoles, 3 de junio de 2015

¡IMPACTANTE!

Cuenta la Biblia en 1 Samuel 3, la historia de un niño que fue pedido por su madre Ana en oración y hasta con lágrimas, ella decide consagrarlo al servicio del Señor y cuando nace y tiene suficiente edad lo deja en el templo para que fuera criado por los sacerdotes.

Estando ya como de 12 años, Dios lo llama y por consejo de Elí, el sacerdote, Samuel responde a Dios y le dice: “habla que tu siervo escucha” (v.10).

Y aquí es donde viene la Palabra de Dios, es importante resaltar ciertos conceptos que se despliegan en este mensaje: primeramente le dice que cumplirá con Elí todas las cosas que le había dicho antes, que juzgará su casa por siempre por el pecado de sus hijos y lo más grave de esto es que no habrá ninguna forma de expiar estos pecados.

Ciertamente esta es una situación grave para Elí y sus hijos uno por no llamarles la atención y los otros por su irrespeto al templo de Dios.

Dios está llamando a todos, hombres y mujeres a la cordura y a la mesura en todo lo que se hace a nivel secular y espiritual. Está dando una oportunidad para no llegar a estos extremos de no perdonar de ninguna forma los pecados del ser humano. Padres e hijos se debe tener un comportamiento reverente delante de Dios.

Busca del Señor Jesucristo y se salvo tú y tu casa.


Marco V. Rivera