martes, 4 de abril de 2017

Arrepiéntase

2 Crónicas 7:14

"Y si mi pueblo, el pueblo que lleva mi nombre, se humilla, ora, me busca y deja su mala conducta, yo le escucharé desde los cielos, perdonaré sus pecados y devolveré la prosperidad a su país." (Versión Dios Habla hoy)

Salomón es el Rey del pueblo de Dios y ha terminado de construir el templo de Jehová de los ejércitos, todos están felices de tener a construido el lugar para adorar al Dios de los cielos.

Dios miso le habla al rey y a su pueblo y les da promesas, pero hay condiciones necesarias e importantes.

Aquí Dios está usando un proceder matemático que se utiliza para realizar una demostraciones matemáticas de premisas lógicas que se cumplen siempre que hay lo que se llama una hipótesis. Pero para entender esto vamos a poner un ejemplo muy sencillo: si llueve la pista está mojada, es decir, la condición suficiente para que la piste se moje es que llueva; aquí tenemos una certeza lógica que debe cumplirse.

Volviendo al texto y aplicando lo que hablamos anteriormente, la hipótesis que Dios está dando al pueblo es que el pueblo se:

HUMILLE
ORE
LE BUSQUE
ABANDONE SUS PECADOS

 Y ahora la tesis o conclusión que necesariamente debe cumplirse es que Dios:

ESCUCHARÁ DESDE EL CIELO
PERDONARÁ LOS PECADOS
RESTAURARÁ LA TIERRA

Primeramente Dios está pidiendo humildad al pueblo, esta humildad implica reconocer que a la verdad no somos más que Dios y debemos entender que a pesar de todo lo que se nos ha dado debemos ser humildes delante de Dios y no jactarse de lo que somos o lo que tenemos, porque eso ha sido por nado de Dios.
Orar y buscarle en lo secreto dice su Palabra, es decir, tener el tiempo para hablar con Dios diariamente y abandonar todo pecado.

Cuenta la Biblia de una mujer que encontraron en adulterio, la llevaron ante Jesús y la iban a apedrear, es más estaban probando a Jesús, sin embargo Jesús no dijo nada, solamente se limitó a escribir en el suelo, cuando la gente insistía en apedrear a la mujer, entonces Jesús les dijo, está bien, que tire la primera piedra, el que esté libre de pecados y Jesús siguió escribiendo. Luego levantó su mirada y no había nadie, entonces le pregunta a la mujer que dónde estaban los que la condenaban y ella le contesta que se habían ido todos.
Jesús lleno de amor, compasión y comprensión le dice que él tampoco la va a condenar, y luego que vaya y que no peque más.

Esto es precisamente lo que Dios quiere de cada uno de nosotros, arrepentimiento de pecados y no volver a pecar más. Así que abandone lo malo que está haciendo y verá la Gloria de Dios. Juan el Bautista cuando venía a preparar el camino para la venida del Señor Jesús predicaba del arrepentimiento.

Ahora entonces es el momento de humillarse, buscarle, orar y abandonar los pecados, esto debe ser una disciplina diaria que debemos practicar y luego es así como vienen las promesas que decíamos que necesariamente debían de cumplirse porque "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta." Números 23:19

Dios dice, escucharé desde los cielos y perdonare sus pecados y restauraré la tierra, es decir, esta conclusión es realmente una bendición para todos los que cumplimos tal y como el lo dice. Algunos dirán que esto era para aquella gente de ese pueblo, pero Jesús enseño que cielo y tierra pasarán, pero esta palabra que Dios ha dado se tiene que cumplir, dice la Biblia: "...ni una jota, ni una tilde pasara de la ley, hasta que todo se haya cumplido." Mateo 5:18

Si Dios dice al final que hará una restauración de la tierra, entonces todo tiene que ser transformado, todo lo que somos, alma, mente y cuerpo y todo lo que nos rodea tiene que ser restaurado.

Qué hermoso sería que toda nuestra nación se humillara delante de Dios, buscara su rostro, orara y se arrepintiera de sus pecados, seríamos una nación más bendecida de lo que ya lo somos.

Pero si se puede logra en la medida que ya estemos orando los que somos conscientes de esto para que todos podamos entrar en esta era de bendición de Dios.

"Señor Jesús, en estos momentos me arrepiento de todo pecado, te pido perdón y te agradezco que tengas tanta misericordia de mi vida y de cada uno de los que me rodean, ahora abro las puertas de mi corazón para que puedas venir a habitar con migo y yo contigo." Amén