Cuanta la Biblia en
Marcos 5 en los últimos versículos, de una niña hija de un alto
dignatario, la cual estaba muy enferma.
Aconteció que mientras
el papá buscaba a Jesús, algunos fueron y le dijeron que ya no lo buscara
porque su hija había muerto, sin embargo Jesús siguió hasta su casa y entró a
ver la niña, algunos se burlaban del Maestro, pero él “Tomó la mano de la niña y le dijo: ¡Talita Cumi! (que
significa: “Niña, a ti te digo levántate”)” Mr. 5:41. Al momento
la niña se levantó, luego les dijo que le dieran de comer.
Está claro, que ante
las diversas situaciones que pueden afectar físicamente y emocionalmente a las
personas sin importar sexo, raza, edad o religión, es seguir una única dirección,
así como lo hizo este hombre al recurrir a Jesús, ya que él es único que puede
traer sanidad completa a las afecciones humanas. El alto dignatario, por su
posición política y social pudo recurrir a los mejores médicos y posiblemente
así lo hizo, sin embargo la salud de la niña no cambió. Entonces reconociendo
la autoridad de Cristo como hijo de Dios, como dador de las Buenas Nuevas, aun
sobre los médicos y otros religiosos de la época, recurre a él para buscar la
sanidad de su hija.
Es una enseñanza clara, la
enfermedad física, emocional y hasta el lecho de muerte, son afecciones humanas
que alejan a la persona de Dios y le induce a buscar soluciones en otras
entidades de salud e incluso espirituales, claro está, los hospitales y las clínicas
de salud son instituciones beneméritas que ayudan con la salud física, por ello
debemos cuidarlos y no desconfiar de estos servicios, por lo que no se le resta
méritos a estos centros de salud. Sin embargo lo que la Biblia enseña va más allá de lo que estas
instituciones pueden hacer.
Lo que la Biblia enseña es que a quien se
debe recurrir es a Cristo Jesús, él es el único que tiene palabras de vida
eterna, es en el en quien se debe creer, la fe debe estar puesta en él. El ser
humano a veces está como esta niña, muerto, muerto en vida,
sin embargo viene Jesús y le dice a ti te digo LEVÁNTATE.
De todos los problemas económicos
LEVÁNTATE
De todas las
enfermedades LEVÁNTATE
De las depresiones
LEVÁNTATE
De las divisiones en el
hogar LEVÁNTATE
De las diversas
situaciones con los hijos LEVÁNTATE
Si no tienes que comer
LEVÁNTATE
Si crees que no puedes
LEVÁNTATE
Si no quieres seguir
estudiando LEVÁNTATE
Si sientes que ya no
tienes fuerzas LEVÁNTATE
Si sientes que ya no
tienes a quien recurrir LEVÁNTATE
Para todas las
situaciones de la vida LEVÁNTATE, Cristo te está llamando y te dice ¡TALITA
CUMI!
Bendiciones!
Marco V. Rivera
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